¿Sistemas que garantizan nuestra jubilación? Descubre tres pilares

​La Seguridad Social es el sistema a través del cual el Estado garantiza una serie de prestaciones a aquellas personas que hayan contribuido previamente a su financiación y que, bien sea de forma temporal o bien de forma permanente, cumplen los requisitos para poder acceder a la protección adecuada en las situaciones que la Ley define. Dicho de otro modo, se trata del sistema  que trata de asegurar que obtendremos una renta si nos encontramos en situación de jubilación, desempleo o baja médica, entre muchas otras.

​Sin embargo, a diferencia de lo que mucha gente piensa, no es el único modelo de previsión social. Si bien es cierto que, en España, la Seguridad Social garantiza hasta el 80% del sueldo anterior a la jubilación, la mayoría de países de Europa cuentan con sistemas de previsión social complementarios, en los que una parte de la prestación la paga el Estado y la otra, el propio trabajador con sus ahorros a través de planes de pensiones o planes de previsión social empresarial. Se trata de sistemas basados en tres pilares fundamentales, y que constituyen un modelo de previsión que, en mayor o menor medida, ayudan a aliviar la carga de la Seguridad Social. ¿Quieres saber cuáles son? Te los explicamos.

El primer pilar: la cobertura a través del Estado

El sistema público de pensiones es el pilar básico que garantiza la protección de sus asegurados ante contingencias temporales, como enfermedad, desempleo o accidentes, y permanentes, como la jubilación o invalidez. Este pilar ofrece tanto prestaciones contributivas, a​ aquellas personas que hayan cotizado previamente al sistema, como no contributivas, orientadas a la cobertura de necesidades básicas de personas que no hayan podido contribuir previamente al sostenimiento del sistema.

Se basa en tres principios básicos: 

  • Es un sistema de reparto, en el sentido de que son los cotizantes de la actualidad los que satisfacen las prestaciones de los pensionistas actuales.
  • Es proporcional, ya que la pensión guardará relación directa con las contribuciones que se hayan ido realizando a lo largo de toda la vida laboral del trabajador y que hayan dado el acceso a la misma.
  • Es contributivo: aquellas personas que no hayan cotizado previamente solo tendrán derecho a sanidad y a una pensión no contributiva.

El segundo pilar: previsión a través de la empresa

​El segundo pilar de la previsión social se canaliza a través de los sistemas de previsión promovidos a través de la empresa y orientados a generar un ahorro que complemente la pensión pública garantizada a través del primer pilar. En algunos países, como Dinamarca, Holanda o Suiza, este segundo pilar es obligatorio para algunos trabajadores mientras que, en otros como España, es de carácter voluntario.

A diferencia del primer pilar, está basado en un sistema de capitalización, en el sentido de que las aportaciones realizadas, bien sea a través del promotor del plan (empresario) o del propio partícipe (el empleado), van generando una serie de rendimientos que constituirán las futuras prestaciones.

El tercer pilar: la previsión individual

Al igual que la previsión social a través de la empresa, la previsión individual tiene también carácter privado. Está conformado por los productos de previsión social que los individuos contratan por iniciativa propia con su entidad financiera o compañía de seguros, como los planes de pensiones o planes de previsión social, tales como los PPA o los PIAS.

Su esquema de contribución es similar al segundo pilar, en el sentido de que las aportaciones realizadas al plan se capitalizan para obtener una serie de rendimientos que darán como resultado la prestación futura. Eso sí, no podremos disfrutar de estos ahorros hasta que no hayamos cumplido los requisitos que dan derecho a ello, como el momento de nuestra jubilación.

Diferentes modelos para diferentes sociedades

Estos tres pilares conforman el sistema de previsión social en los países desarrollados, y la legislación establece el régimen a través del cual los trabajadores y los empresarios habrán de contribuir a su jubilación. En algunos países, como España, solo está desarrollado el primer pilar, y tanto el segundo como el tercero son optativos. En otros, en cambio, el segundo pilar está bastante más desarrollado e, incluso, es obligatorio. El tercero se considera como un complemento a la pensión, y suele ser opcional, aunque muchos países tratan de incentivar las aportaciones a los planes de pensiones mediante desgravaciones y otras bonificaciones fiscales.

En cualquier caso, no cabe duda que la previsión social se ha convertido en un auténtico desafío en las sociedades actuales. Muchos países, ante el temor de no poder satisfacer las prestaciones futuras a través del primer pilar, están estableciendo modelos complementarios que sirvan para garantizar su sostenibilidad. Esto es lo que ocurre, precisamente en España, en el que el debate sobre estos tres pilares está más de actualidad que nunca.