¿Es mejor cambiar divisas o usar tarjeta en el extranjero?

​Los billetes de avión, el pasaporte, la maleta, la guía de viaje… y la divisa. Ahora que se acercan las vacaciones muchos preparan ya su escapada al extranjero, unos preparativos en los que a veces dejamos de lado algo tan importante como la gestión de nuestro dinero en el viaje. Al salir al extranjero, sobre todo si es a un país fuera de la Eurozona, conviene pararse a pensar qué nos conviene más: si llevar una tarjeta para pagarlo todo o cambiar una cantidad de dinero que nos sea suficiente para hacer frente a todos los gastos.

La respuesta es sencilla. En general, utilizar la tarjeta de débito o crédito es lo más atractivo. Aparte de que te ahorras el temor a que te roben, lo cierto es el pago con tarjetas en el extranjero compensa porque el tipo de cambio que aplican los bancos es menor al que suelen aplicar las casas de cambio, a lo que habría que añadir las comisiones que cobran por la gestión.

No obstante, aunque el cambio que nos apliquen las entidades financieras nos sea más favorable, hay que tener presente también las comisiones que nos puedan cobrar por el uso de la tarjeta lejos de nuestro país de origen, sobre todo fuera de la zona euro. Además, los propios banco suelen aplicar una tarifa muy similar cambiando el efectivo que el que se aplica en las tarjetas bancarias. Entonces, ¿qué tenemos que tener en cuenta para pagar en el extranjero?

Conocer las características de nuestra tarjeta

Por este motivo, lo primero que debemos tener en cuenta es cuál es la tarjeta que vamos a utilizar. Algunas de las que existen en el mercado no nos cobrarán comisiones cuando realicemos pagos en el extranjero o cuando saquemos dinero del cajero, así que quizá nos conviene solicitar una de ellas antes de viajar. En cualquier caso, debemos tener cuidado con nuestra tarjeta, ya que algunas entidades que hacen de intermediarias con nuestro banco en el extranjero pueden cobrarnos algún tipo de tasa o comisión por su utilización fuera de España.

En todo caso, si usamos en el extranjero la tarjeta que utilizamos en nuestro día a día, seguramente la entidad aplicará una comisión que puede ir del 1% al 3%, en algunas ocasiones con un mínimo simplemente por su uso. Otro asunto en el que debemos reparar es que las tarjetas de débito suelen tener una comisión menor que las de crédito, pues a través de estas últimas nuestro banco tiene que adelantarnos un dinero que todavía no tenemos. 

Además, al utilizar el cajero, si nuestra tarjeta no está exenta del pago de comisiones, es posible que el banco nos cobre hasta un 5%. En todo caso, conviene que te informes con tu banco y conozcas qué comisiones te pueden cobrar por utilizar tu tarjeta en el extranjero.

Con las tarjetas nos ahorramos el cambio de divisa

Comisiones aparte, el uso de las tarjetas es también ventajoso porque nos ahorraremos dos cambios. Por un lado, el cambio de euros a la divisa que se utiliza en el país destino y, por otro, de esta misma divisa a euros, con lo que de nuevo nos sometemos a los tipos de cambio y las comisiones. 

A la hora de cambiar dinero, lo mejor será hacerlo a través de una entidad bancaria en lugar de una casa de cambio y es recomendable que avises primero para que puedan tenerlo disponible. En la web del Banco de España puedes encontrar más información sobre las operaciones de cambio de moneda.

Tirar del dinero de plástico en el extranjero es lo más beneficioso para nuestro bolsillo pero, eso sí, conviene siempre llevar algo de dinero en efectivo para hacer los pagos pequeños​. La compra de un refresco o de un billete de autobús nos puede salir caro si tenemos que pagar por él un 1% más. Otra recomendación es llevar apuntado el número de teléfono de gestión de las tarjetas por si ocurre algún imprevisto e, incluso, llevar más de una tarjeta.